lunes, 20 de diciembre de 2010

LA CASA AZUL

Era una tarde de esas con muchos exámenes, quizá era junio. Para relajarme, cada hora dejaba de lado los apuntes, mis esquemas demasiado coloridos (así se me quedaban las cosas en la cabeza, la memoria fotográfica ya sabeis) y mi flexo se apagaba para ir al ordenador, poner mi windows 95 a funcionar y mi internet explorer para meterme en alguna cosa (la verdad es que no había tuenti, facebook, twitter o nada de eso), creo que algun juego de esos de yahoo en línea que me parecían divertidos, y siempre escuchando la misma cadena de televisión Sol Música.


De repente, mientras estaba en internet o jugando al Championship Manager 4 (sabe Dios) empecé a escuchar una canción ahí toda maja, nueva, con música alegre que en menos de un minuto me transmitió un buenrollismo tremendo. Decía algo así como "Tan diferente, tan natural, tan divertido y especial, tan adorable tan perspicaz"... la canción era "Superguay" y el vídeo era de cinco chicos todo felices (tres chicos y dos chicas con cara de buenas personas) pateando globos de colores en una sala totalmente blanca. 


Automáticamente hice lo que hago siempre con cualquier canción que me gusta, me voy al Emule y me la bajo. Pero esta vez no, ¿por qué bajarme una canción buenrollista que me hace feliz y ha mejorado mi tarde aburrida de estudio si me puedo bajar el disco? Pues allí me meto, y sólamente 4 personas tenían ese archivo para bajar. Tuve que esperar un rato (que ahora son muchos megas pero antes eran kilobytes), más que un rato algun dia, pero al fin lo tuve.


Me grabé el disco, lo meti en mi discman rojo y a escuchar... Pues así me quedé, con esta alegría, esta cara de lelo y de tonto, y en mi mundo feliz de la vida. Descubrí que podía comprar el disco original y allí fui, a Elefant y pedirlo por internet, con alguna que otra recopilación más para tocar algo de música indie. Hay que ver, el Viti escuchando música indie después de haberse tragado las Spice Girls y No Doubt.


Me llené de esa música. A los dos meses me enteré que esos cinco chicos no cantaban, que detrás había un tío alto y calvete que era el que ponía la voz y la música. Su nombre es Guille Milkyway y esta gente eran simples androides. Siempre le tendré que agradecer a este hombre que haya creado la canción "Galletas".


Después del Sonido Efervescente de la Casa Azul vino "La Revolución Sexual", la opción para ir a Eurovisión (y fue Chikilicuatre,... si es que...) y una mezcla de canciones varias, con alguna versión (buenísima Bad Boys a duo). Ahí se consagró Guille como un hombre de nuestro tiempo, con éxito, creando canciones para Zona Disney, para el anuncio de Nesquik (vamooooos, echale ritmooooo, echale ingenioooo, echale risaaaaas, echale Nesquik) y para la primera serie de Cuatro, gran serie con gran calidad y grandes actores, pero sin éxito, Gominolas.


Ahora, a punto de sacar su nuevo disco, sale su primer single "Todas tus amigas" que ya tiene su propio videoclip, donde ya no aparecen esos 5 androides de antes, sino cinco chicas que acaban mal, "se suicidarán mañanaaaaaa por la mañanaaaaaaa".


Yo he ido a un concierto de ellos, sólo (al principio venían 6, luego 3, luego 2, y luego, aunque había uno que venía conmigo por pena, cosa que agradezco mucho) decidí ir solo. Recorrí todo el camino empapándome de música de La Casa Azul, llegué al concierto de los primeros (una vez que llego pronto a un sitio), me puse en la primera fila (hasta que una zorra se fue poniendo poco a poco delante y me la pilló), pero lo ví a él, empezando por La Revolución Sexual y sus tres primeras notas que se te quedan como nada en la cabeza. A partir de ahí, canción tras canción, un concierto divertido, temas diferentes cantados unos lentos siendo los originales rápidos y viceversa, y la despedida. Como quería verlo de cerca, esperé. Nos echaron del Playa Club en A Coruña a todos y todos se fueron. Yo esperé un rato en la puerta trasera, cuando se abrió y empezaron a meter el equipo dentro de una furgoneta.


De repente, abrigado hasta arriba con un plumífero negro, salió Guille esperando a que la gente acabara. Yo me acerqué, le dije si le podía dar un abrazo y él me dijo "claro que sí. Me ha alegrado mucho que me hayas dicho eso". A partir de ahí, una conversación de todo y nada en general, hablando con una persona a la que admiraba como si hubiera ido con él a clase en EGB y estuvieramos recordando a Soledad o Alija, estando de pie frente a una de las personas más importantes de mi vida sin que esa persona supiera que es una de las personas que más me han influido en mi vida y hablando hablando y hablando. Cuando llegó el momento en el que pensé que ya era demasiado tiempo robado a él, me despedí, le dí un nuevo abrazo, él me lo devolvió, me dí la vuelta y me fui. Cuando llevaba un minuto la emoción me embargó, y por primera vez en mucho tiempo, se me cayó una lágrima sabiendo que era uno de los momentos más importantes de mi vida.


A algunos les parecerá sórdido, una bobada, música estúpida... puede ser que a algunos. Lo que sé es que Guille Milkyway a través de su grupo La Casa Azul ha creado las canciones más positivas, más preciosas, más alegres y que más me levantan el ánimo en momentos bajos que todos tenemos. Ahí estará él, siempre en una parte de mi corazón, la parte alegre y bondadosa de mi corazón.

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