miércoles, 10 de diciembre de 2014

Estuve en Berlín (parte 2)

Seguimos con la segunda parte de mi estancia en Berlín.

En nuestro tercer día allí, viernes, nos pillamos un bus y un tren y un metro para aparecer en el campo de concentración de Sachsenhausen. Sí, lo he escrito bien. No sé que coño tienen los alemanes que montan unas megapalabras y así están los carteles allí. Cualquiera empieza y acaba la palabra. Por ejemplo, las calles son Strausse por lo que la Calle Felipe Sexto sería Felipesextostrausse así todo junto y bien clarito. De verdad es que son enrevesados de más. 

Pues el campo de concentración es aterrador. Está muy bien hecho para lo que hacían allí. Vamos, que todo bien controlado desde todos los sitios, cuando ahorcaban a uno bien en el centro del campo para que todos alrededor le miraran (y quien no, pues pum en la cabeza), las barracas y celdas en forma de T porque así te pones en la intersección y ves lo de la izquierda, lo de la derecha y lo del medio. Mira que acojona mucho. Vas viendo las barracas y dan pavor, vas viendo la enfermería y acojona con los productos que usaban, ves la cocina y asusta, ves los pijamas a rayas que usaban con sus distintivos y atemorizan, ves la morgue o el lugar donde estaba la cámara de gas y ya te entra un malestar que no te puedes explicar. 

Aun así estaban ellas. Ellas eran cinco tías maquilladas hasta arriba (está claro que si vas a un campo de concentración donde murieron más de 50.000 personas, pues oye, mejor ponerte hasta arriba de pote a ver si vas a poder pillar en la morgue y no estás preparada. Pues ellas oye, prometo que es real "tía, sácanos una foto aquí" y se sientan dos tías en una de las mesas donde comían los inocentes en aquella época y fotaca al canto, venga, claro que sí, que se nos vea tía, aquí donde comían los judíos delgaditos y jodidos, a ver si la enmarcamos y la colgamos de mi coño, que es el único lugar tan sumamente lleno de mierda donde puede estar. Pero ahí no acaba todo. El guía nos lleva al lugar donde había una pared de madera donde fusilaban a los que, según los nazis, se portaban mal. Contándo el hombre que al frente teníamos esa pared y a la derecha llevaban los cuerpos a otra especie de morgue a la espera de que cogieran un camión y metieran los cuerpos, pues se escucha a una de ellas que suelta "buf, dame el bocata, que me está entrando un hambre" y se pone a comer allí delante, con todas las migas... noxento mira, pero noxento.

Por la tarde McDonalds, un pedazo enorme de Muro de Berlín todavía en pie, mercadillo de Navidad y a casa. Mis pies ya no dan para más. Próximo día, otro homenaje al muro en otra parte y al avión. El finde me lo pasé rascándomela en casa y es maravilloso ese tiempo para mí, rascándomela o lo que sea.

Conste que Berlín tiene muchísimas historias dentro de ella. Después del 1945, el ochenta por ciento estaba destruido y parece que durante los próximos 20 años estará en obras para que acabe siendo una ciudad moderna. Actualmente es una de las más pobres de Alemania. Encima, hacen homenajes, dejan iglesias destruidas, cachos de muro... todo para que, según el guía de ese día, el del otro día y los habitantes de allí, que recuerden y paseen avergonzados los berlineses viendo lo que han hecho y haciendo ver que no se vuelva a repetir este tema. 

lunes, 8 de diciembre de 2014

Estuve en Berlín (parte 1)

Bien, otro año más y son siete, después de haber recorrido junto a la Gata Encerrada ciudades como Roma, Venecia, Amsterdam, Lisboa, Dublín y Bruselas, pues este año tocaba Berlín. Gracias a la estancia maravillosa en casa de una amiga de la Gata y su pareja, nos pillamos un billete de avión por 120 euros ida y vuelta y allí nos plantamos, desde el miércoles al sábado, dejando dos días maravillosos para tocarme las bolas en el puente de la Constitución.

Arrancamos para allá, con tiempo suficiente, con un McDonalds (buena idea que haya uno en la terminal 4, se agradece) metido en nuestro estómago, avión de Air Berlin y arrrrrancamos.

Llegamos a un aeropuerto superpequeño por lo que pensé que estábamos en Varsovia, pero no, era Dublín. Nos cogimos un bus, después un metro y acabamos en la casa, pedazo casa en el centro de Berlín. Nos cogimos los cuatro y nos fuimos a dar una vuelta por el centro. Las calles eran muy oscuras, parece que debido a los recortes en la ciudad, pero oscuras oscuras vamos, muy negras en pleno centro. Acabamos cenando en un lugar típico. Compartimos codillo (típico de Alemania, bastante rico), Salchicha (así a lo gigante y con salsa como de asado, nada que no podamos degustar aquí) y medio pato (cuando digo medio pato es medio pato, vamos, un pato a la mitad, así con todo, hasta pena me dio comerlo) todo regado con una cerveza casera de allí, muy bueno y barato ya que todo tocó a 15 por cabeza. En Berlín se come barato y rico, así como el Menú del Día de aquí pero en otra versión. Bueno bien. Después a casa y descansar que al día siguiente a las 8.30 en pie.

Llegamos a la Puerta de Brandenburgo (Brandenburger Tor, que yo pensaba que era un burguer de allí y no, es la puerta). Nos cogimos la excursión con un chico supermajo que nos contó toda la historia de Berlín. La verdad es que es apasionante una historia  reciente de la cual se tiene toda la documentación en fotos y vídeos y también en registros escritos a máquina de escribir. Estuvimos en un homenaje a los judíos, encima justo del bunker donde lo más probable que muriera Hitler (ahora es un parking de coches con un parque infantil, así es Alemania), pasamos por un cacho de muro de Berlín, varias iglesias y catedrales enormes y muy bonitas y así durante tres horas. Al final dimos la voluntad (así funciona la agencia, depende de lo que te guste, das lo que veas al final). Nos fuimos a comer a un Mcdonalds alemán, con su Monopoly alemán y esas cosas alemanas. Después fuimos a ver un monumento que se erigió justo en el mismo lugar de donde estaba la central de las SS. Allí hacían unos ejemplos de "Topografía del Horror" con cómo nació el movimiento nazi y la evolución con la persecución a judíos, comunistas, gays, gitanos y deficientes principalmente.

El próximo lunes, más y mejor, segunda parte con la visita a un campo de concentración. ¿Divertido? Sé que no... Ah, mañana no hago martes loco, digo, Webmartes. Tengo un preestreno de la película de Alex de la Iglesia "Musarañas". A ver lo que nos depara.