lunes, 30 de julio de 2012

Descubriendo Madrid (2ª parte)

Tengo que escribir hoy, porque después voy a estar una temporada sin internet, solo con el móvil, y aunque tengo un Iphone no me veo yo escribiendo en una cosita pequeña (tampoco hacia chuletas, bueno algun pequeño apunte en la calculadora pero poco más, conste...). 


Pues el sábado, después de haber visto el día antes esa película llamada El Irlandés, infumable película, pues me fui a ver Spiderman en 3D, la de Amazing Spiderman. Uy, la primera que veo en 3D y eso fue una cosa... que te viene la tela de araña a la cara, que el malo sale volando y parece que cae encima tuya... y los trailers, bueno, ese Madagascar 3 con los bichos saltando en tus ojos... qué sensación. Yo pensé que superar a la Nintendo 3DS ya era imposible... pues veo que no. No será la unica que veré así. Todavía tengo que ver Batman, que era la que iba a ver pero claro, la cola era más larga que la de Nacho Vidal, así que pasé. Después fui a comprar al H&M, esa tienda que mezcla cosas bonitas, colores y tallas decentes, no como Pull and Bear, que solamente viste a la gente como Justin Bieber y Robert Pattinson, extremadamente delgados y sin culo. Yo tengo culo señores, y quiero ropa para mi culo... así que Pull and Bear, te tenía olvidado, pero ahora ya es que ni entro vamos.


Quedé con la Gata y una amiga y nos fuimos a la Cafetería Restaurante de los 40 Principales, con música buena, muchos colores, deben pagar una factura de la luz de la ostia porque eso es luces por todos los lados... el techo, el suelo, las paredes, no sé cuantas teles, el estudio desde donde graban los sábados del 40 al 1, a veces con música en directo con famosetes como Amaia Montero o Dani Martín o Keane... vamos, lugar obligado para ir, y además tampoco es tan caro eh. Después a una taberna de cerca a tomar unos pinchitos y a ver un monólogo de Miky Nadal llamado la Mikipedia. A ver, no estuvo mal, pero es verdad que más de hora y media es un algo demasiado. Tuvo algun punto, mejor la segunda parte que la primera, pero muy repetitivo. Haber pagado 16 euros para que llegue un momento en el que te quieres levantar e irte pues como que no está muy bien. Por lo menos un famoso visto. Cuando salí me crucé con Agustin Jimenez que bajaba la Gran Vía con su novia o chica a la que iba abrazado. Tiene pinta de macarra de polígono, de los malotes vamos. De ahí a la cama.


El domingo me levanté, fui a comer a un japonés, disfruté muchisimo, me clavaron 29,30 euros, le deje los 70 centimos de propina porque total... y comencé a caminar. ¿Donde acabé? A partir de aquí la gente no me mirará igual, seré llamado de cualquier otra forma, iré por la calle y sentiré como la gente cuchichea mientras me mira, me sentiré mirado, observado, juzgado... pero he de reconocerlo. Después de haber ido a un karaoke, yo, el Viti, he ido a un bingo de Madrid.


Entro, me piden el carnet para saber sino soy un ludópata o estoy metido en alguna lista complicada, espero delante de la puerta donde hay un ESPEREN en rojo hasta que ponga un PASE POR FAVOR. Me siento en una mesa vacía y visualizo lo que hay. Mujeres vestidas como el Domingo de Ramos, la media de edad de ese sitio se podía situar entre 89 y 94 años, las pensiones que da la Seguridad Social gastadas en cartones de 15 numeros buscando pegar un grito cuando tienes todos los números tachados. La línea se situaba en 25 euritos y el bingo en 80-90 euros. Y ahí estaba yo, bajando la media de edad, sentado en una mesa vacía con 6 sillas-butacas bastante cómodas (supongo para los problemas de nuestros mayores y sus riñones), con un bote lleno de 8 rotuladores azules de Carioca que te dejan la mano pringada de azul y un botoncito para llamar al camarero. Me viene el tío de los cartones, le pido uno, pago 2 euros y toco el botoncito para que venga el camarero. Le pido una cerveza (hacía mucho calor incluso dentro), me dice si quiero algo de comer, le digo que no, que acabo de comer en un japonés (esto es broma ehh, pero le dije que no), me dice "vale" y se va. Cuando vuelve, yo rellenando mi cartón con el Carioca, le digo ¿cuanto es? y me dice "está invitado". Claro, yo en ese momento empecé a mirar a mi alrededor. Ya sé que fisicamente soy un desastre pero rodeado de tantas señoras mayores soy como un filete en una jaula de tigres... devorable, apetecible, sabroso, un pedazo de carne valioso para esas edades, una piruletita de colores en una guardería, un alicate en un congreso de McGyvers... Le pregunto al camarero, nervioso "¿quién me invita?" y me suelta "la casa, de 5 a 7 las consumiciones son gratis". Tuve una mezcla de tranquilidad y decepción, en la que ganó la tranquilidad... sí, ganó la tranquilidad. La cosa es que yo iba pagando cartones a 2 euros, llegó la partida extra donde el bingo llegó a los 500 euros y yo pillé un cartón solo (el repartidor me dijo "¿sólo uno? es partida extra" "sí, sólo uno"... Pero después de eso vino lo importante... La señora que se sentó conmigo.


En esa mesa se sienta una abuelita de esas entrañables, tipo la abuela de Tweety, y comienza una conversación (A es abuelita, V es Viti)


A- Buenas Tardes
V- Buenas
A- ¿Qué tal le va? ¿Ha cantado algo?
V- Nada
A- Es muy dificil
V- Sí, hoy hay mucha gente.
A- Sí, es muy dificil. A ver si hay suerte.


Pide dos cartones, se relaja, coge un Carioca y empiezan las números a toda ostia. La señora creo que no era la primera vez que venía porque abría el bolso, sacaba las gafas, el señor seguía diciendo 43, 56, 71, 32, 64 seis cuatro, a toda ostia, y ella, iba sacando sus cosas mientras echaba un vistazo a sus dos cartones. Cuando arregló, se cogió el rotulador y tachó 5 o 6 de una tacada, los que tenía en mente la tia esta, que memoria, seguro que mandó para concursar a Saber y Ganar, incluso pudo llegar a ser magnífica. Alguna voz al fondo suelta "Bingo" y ella me mira y dice


A- Nada, no hay suerte. Es muy díficil
V- Sí, es muy dificil.
A- Voy pillar otros rotuladores que parece que estos no la tienen. ¿Quiere uno?
V- Venga, a ver si cambia.


Otro cartón, la señora tachando como quién tacha una quiniela. Acaba, se escucha una Linea y un Bingo, y la señora se levanta y dice


A- Me voy para otra mesa que aquí parece que no hay suerte.
V- Bueno, a mí me quedan dos cartones a ver si la hay.
A- Bueno señor, mucha suerte eh.
V- Gracias, igualmente.


Dos cartones más, creo que en un momento estuve a uno de cantar línea pero nada importante vamos. Eso sí, me daba verguenza cantar delante de tanta gente. Después me fui, algo avergonzado conste, yo, sólo, en un bingo... hay que ver. Conste que, después de confesarselo a la Gata, volvimos a ir este domingo, a otro más profesional. Personas mayores, mujeres inmensamente gordas que nacieron ya gordas en el Bingo y todavía no han podido salir por la puerta, estuvimos a uno de cantar un bingo de casi 500 eurazos y le tocó a la señora de al lado que nos invitó a cuatro cartones la señora maja... iba a ser yo, que canto, me llevo los 500, levanto el dedo del medio y digo "jodeos putos ludópatas". No me ha tocado, así que lo dejaré para otro momento... preocupante será que dos domingos en la capital y dos veces al bingo... como se convierta en tradición ya me veo yo a alguien tocandole el bingo a mi lado y diciendome "jodete, puto ludopata"... Ayyy, qué vida esta.

martes, 24 de julio de 2012

Descubriendo Madrid (primera parte)

Aunque parece que estoy de vacaciones, realmente estoy trabajando,... que conste en acta. Es decir, llevo una semana de trabajo cobrando el doble y trabajando una cuarta parte que antes por lo tanto todo es maravilloso. 


Bueno, actualicemos vida. El jueves por la noche me fui con la Gata Encerrada y sus compañeros de piso a cenar a un indio, con gente india y atendiendonos habia dos indios. Por cierto, paradoja de la vida, un indio iba en vaqueros... Ayyy, si Sergio Leone levantara la cabeza. Pues no sabía muy bien que pedir así que miré la carta, en la cual había ternera para comer (eso es como si vas a un restaurante español en la India y te encuentras que te puedes comer muslitos de perro), pero yo me atreví con pollo, cebolla y limón. La cosa es que ese plato inocente picaba para su puta madre. Qué dolor, qué resquemor, el sudor me iba y venía, mi cara se enrojecía hasta llegar al morado, me empezaba a doler la cabeza y llegó un momento en el que estaba borracho de picante, es decir, tenía la sensación de que me había bebido hasta el agua de los charcos y no, era todo por el picante... ahora entiendo a Homer Simpson y su chili picante, con las alucinaciones varias que le vinieron después.


Salimos de allí, yo como pude, mi cuerpo parecía un aspersor de sudor. Nos fuimos caminando para pillar el metro en Sol y nos encontramos de frente con una manifestación típica en Madrid y en la Plaza del Sol, típica para manifestarse. Ahí fue donde descubrí varias cosas, en sólo 10 minutos de estancia:
a) La gente le da al tarro o directamente se mete en Twitter para pelear cuál es el lema más chachi de las pancartas. Había que darles premios a algunas porque son buenisimas. Desde un "SE ALQUILA enfermera" a otro "Estoy hasta el UGT". Un grupo de cuatro señores en el metro discutían criticando al gobierno, pero gritaban entre ellos cuando los cuatro tenían las mismas ideas de la misma forma. Es decir "Este gobierno nos va a llevar a la ruina", otro grita más y dice "Sí, son una mierda", otro más todavía "La culpa la tiene el pueblo por votarlos" y otro alza la voz del todo con un "Me cago en la puta". Pablo Iglesias lloraría de emoción.


b)Una manifestación es como cualquier fiesta de pueblo o como un Naseiro. Es decir, la gente va vestida como le da la gana, se ponen cualquier gilipollez en la cabeza, gafas estupidas o ropa no conjuntada. Después llevan su botella de dos litros de Coca Cola y la llenan de cualquier liquido de cualquier color, se suben a las farolas o cualquier cosa en la que subirse (por ejemplo, encima de la boca de metro de Sol) y ¿qué hacen? ¿qué hace la gente en las fiestas cuando viste raro, ha bebido algo y se sube a un sitio... pues cantar como sino hubiera un mañana mejor, en este caso cualquier himno en contra de la opresión, los antidisturbios o el gobierno en general.


Ayy, las manifestaciones. Un día tengo que ir a una para ver qué se siente y de paso hacer bulto para ver si se puede cambiar algo este país, empezando por... a saber por dónde, pero alguna solución tendrá en algún lado. Mi punto de vista es que todos los recortes y subidas de cosas malas y tal sólo espero que sirvan para algo (cosa que no veo muy clara porque al reducir el consumo, se reduce la inversión, la mano de obra se abarata o se prescinde de ella, provocando menos dinero y menos consumo, por lo que volveríamos al principio y así hasta hundirnos), porque como no sirvan... 


Bueno, eso fue el jueves pasado. El viernes la Gata y yo cenamos palomitas en un cine viendo una película que obtendrá Bafta, Cesar, Goya, Emmy, Grammy, Tony, Concha de Plata, premio a toda una vida e incluso el Planeta, pero fue una mierda pinchada en un palo estilo bandera. A ver, la película fue "El Irlandés". Yo y la Gata sentados en una fila, se sienta un señor de entre 200 y 250 kilogramos de peso en tara en la esquina, por lo que un incendio o un fanático con una pistola nos dejaría a los dos totalmente KO porque de ahí no salía ni Fido Dido. Ese señor era un despolle total. Él se reia con una película que es como Torrente pero con chistes irlandeses... vamos, que me daba ganas de potar. Las palomitas iban y venían de mi estómago a mi boca, y esto que, aunque estoy gordo, no tengo cuatro estómagos como las vacas y no rumio, conste. Pero el señor éste y otro que lo acompañaba por detrás era risa tras risa, rozando el llanto de vez en cuando. Salimos de allí (como pudimos, hasta que el Chetos ese no se levantó era imposible abandonar la sala, por lo que también nos comimos parte de los títulos de crédito, algo ya que rozaba la tortura) y nos fuimos. Coincidimos en que una película vista juntos nosotros dos no puede ser buena. Llevamos cuatro seguidas que da gusto. Misteriosa Obsesión y esa policía saliendo volando, otra de una señora mayor inglesa que ayudaba a abortar llamada "El Secreto de Vera Drake" o otra en la que un niño se enamora de Nicole Kidman y le da un morreo desnudos en la bañera porque él es su marido muerto dentro de su cuerpo... mira, infumables. No sé cual será la siguiente, pero esperaremos a pedir recomendación y luego nos metemos en una sala...


Menos mal que al próximo dia fui a ver Spiderman o The Amazing Spiderman en 3D y se olvidó ese trauma de película... pero eso para otro día. En la segunda parte, he ido a un lugar casi prohibido en Madrid... y fui sólo. Eso otro día, quizá mañana...

miércoles, 18 de julio de 2012

Ya tengo piso

He visto siete pisos... uno olía mal y la señora también, otro estaba lejos, en el otro me perdí, uno me gustaba pero olía algo a cañería, otro había que pagarle a la inmobiliaria mil euros por enseñarme el piso (algo que no entiendo, es decir, tú buscas en Fotocasa o El Idealista y hay algunos que son particulares y otros que son por agencias, es decir, el dueño de la casa o piso se lo da a una agencia para que, si lo vende, el particular que lo va a alquilar tenga que pagar un mes de fianza, un aval de 6 meses, el primer mes nada más entrar y, aparte de todo, 1.000 eurazos al tío que te ha abierto la casa... sólo por abrirte la casa. De verdad que hay cosas que no se entienden, pero allá ellos.


Al final un piso en la Calle Hermosilla, en paralela con Calle Goya, en pleno Barrio de Salamanca, el barrio pijo por excelencia, cerca de dónde vive Sara Montiel, a 10 minutos caminando el trabajo (10 minutos para mí, para uno normal en 5 bien se pone), con dos habitaciones (una con cama matrimonial y otra con cama de 90), una cocina casi nueva, recién reformada, un baño pequeño pero suficiente, armarios enormes para meter allí de todo y, sobre todo, algo que me va a llevar al olimpo, algo que nunca he tenido y que me pone incluso respeto el tenerlo, algo muy de marquesado... Tengo un portero sudamericano. Ay, no sé, estoy por darle una caja de Ferrero Rocher y que todos los días para recibirme me diga "Señor Viti, ¿desea usted un bombón después de una jornada tan dura de trabajo?" ayyy, qué placer.


Pues lo dicho, estoy cada día un poco más contento. En el trabajo hoy me llamaron jefe y claro, yo nunca había sido jefe. Yo siempre había llamado a mi superior jefe pero ¿cómo se llama a los que están por debajo de tí? ¿súbditos? Ay no sé que aquí me respetan y a mí tampoco me gusta eso mucho porque eso es serio y no divertido, así que espero mandar de forma divertida... creo que se puede... mirad a Lula da Silva que cachondo.


Lo dicho tengo casa y estoy contento así que ahora, todos los que leen esto están totalmente invitados a venir. Eso sí, bajo tres condiciones:


1) Avisar con mínimo tres días de antelación... nada de sorpresas o de molestar a mi portero peruano sin avisar...


2) Se trae un regalo como mínimo por cada persona que venga. Me da igual el precio, lo que me importa es el valor del mismo. Puede ser algo que no llegue al euro pero que signifique mucho más que algo que cueste 65 euros. Aunque se admiten también regalos caros, gracias.


3) y último. No se admite ningún tipo de aire en mi casa, me refiero a aire corporal, ni que salga por arriba ni por abajo ni por medio (que algunos hacen cosas raras con el ombligo).


Así que, ya sabeis, Madrid, la capital, un abanico de oportunidades y con una casa para disfrutar y dormir... pobre Chelo y su hostal, hundirla con la crisis que estamos pasando. Pues que se joda, que todavía me acuerdo de esa toalla Adidas que dio para secarse después de la ducha, y más que una toalla era un rascador porque la tela se había convertido en cerdas de cepillo y hacía mucho daño. Episodio aparte, y esto en otro artículo, cuando me pasé la primera D de Adidas por mi pobre pene para secarmelo... mi glande me dejó de hablar durante dos días.

lunes, 16 de julio de 2012

Dia 1, 2 y 3 en Madrid

España y parte del mundo latino preguntando ¿qué le pasa al Viti? ¿estará bien? No entiendo nada... Pues sí, esto no es un mensaje post mortem como lo que hace Canal Plus con los señores mayores porque estoy aquí en Madrid. Mi nuevo destino vamos, el trabajo en el que trabajo es así. Se puede considerar un ascenso porque me pagan más, sitio con más responsabilidad y voy a ver muchisimas cosas que nunca vería en otro lugar... Hoy ya he vivido mi primer día y estoy rodeado de gente sumamente agradable y maja, en un trabajo con enorme posibilidades y responsabilidades... Hoy también he visto dos pisos pero eso ya lo contaré.


El sábado el Frijol Enfadado y el Hombre que vive en mi apellido me trasladaron al aeropuerto de Coruña para viajar a Madrid. Fuimos con tiempo por si acaso que Murphy es muy cabrón y aplica sus leyes cuando menos te lo esperas, y no era plan ese día. Me despedí de mis dos hombres, ya en casa había sido de mi abuelo (que quedaba rezando sin saber él que no depende de nadie más que del piloto que yo llegue bien) y mi madre que la pobre se queda entre llorando porque me voy y riendo porque sabe que me voy bien... además presume de hijo que eso es muy importante para una madre.


El viaje del avión me llegó a decidir una cosa: me niego a subir en el Saltamontes este año porque ya tuve una ración importante. El principio del vuelo perfecto, cielo con pocas nubes, tranquilo todo, pero al llegar a Madrid ese avión se comienza a mover, empiezo a saltar, empiezo a mirar a ver si por casualidad cae la mascarilla, empiezo a entender para qué sirven los cinturones del avión, y entre los ruidos de los saltitos y demás se escucha un algo así como "glop glop". Miro hacia delante y un señor de unos sesenta años (o cincuenta mal llevados) tenia en sus manos una bolsa de vomitar y se secaba el sudor de su cabeza con pañuelos de señor mayor junto con pañuelos de papel que le cedía su pareja. Me alegro simplemente que su vómito no oliera porque sino el vómito iba a ser mío. Eso sí, cuando me bajé, algún tufillo había por esa zona.


Bajé del avión, me voy a la zona de las maletas y veo como la mía cae por la cinta como quien tira bonitos o sardinas en la rula. Ruego que todo esté bien y parece que el sonido de los rezos de mi abuelo llegan a los oidos de alguien y la maleta está bien. Faustino me lleva en su taxi al hotel, me cobra 29,40 (le dejo 30 porque soy un sobrao), me dan la habitación 516 y entro.


Hotel cuatro estrellas, bonito, con piscina (mi bañador de la piscina quedó en mi pueblo, ahí está bien) y comienzo a buscar pisos. Ese mismo día el sábado, me voy a ver uno y me gusta. La señora no calla y su hija era fisicamente increible y me enseña el piso. El problema es que tiene una hija que grita y lo peor de todo, un anillo en la mano derecha, exactamente en el anular. Después de eso, a la cama a dormir.


Domingo por la mañana voy a ver otro piso, más caro, más lejos y peor. Me lo enseña el jardinero del señor que me habla por telefono, un hombre pesado pesado, que vende maravillosamente su piso para la mierda que es. Mil euros por un miniduplex bonito pero para llegar a él hay que entrar por la puerta principal del edificio, diez escaleras para abajo, un rellano, diez para arriba, caminas 20 metros hacia otras escaleras, subes 10 llegas a la primera planta, subes unas 20 y llegas a la segunda y finalmente subes otras 20 y llegas a la tercera planta. Al final de un pasillo que me recuerda a "El Orfanato" a la derecha, Edmilson y su mujer me abren la puerta, veo el piso y después ellos se quedan dentro y yo me voy, bajo las 50 escaleras, subo 10, me equivoco, me entra un olor a cocido enorme, llego al 2B, me equivoco, doy vuelta, me agobio, a punto estoy de poner el GPS del movil para guiarme, miro el sol para localizar el norte, subo otras escaleras, giro a la izquierda y al fin veo unos buzones y una puerta a la libertad. No me gustó, pero nada nada.


Por la tarde situacíón desde mi hotel al trabajo, me tomo un batido de limón porque no había de mango, me voy a la Gran Via caminando a 20 minutos, voy a Fuencarral, me compro unos playeritos (negros y serios) y me vuelvo al hotel, eso sí después de pasar por el McDonalds (a comprar una ensalada) porque el día 1 en Madrid cené en Burguer King y el día 2 comí en Dominos Pizza... ya comeré sano otro día. A dormir.


El día 3 trabajo y más trabajo. Por la tarde veo un piso que se ha convertido en favorito y otro en el que la señora olía mal, el piso olía mal y el calor y el frío salia de un aire acondicionado que provoca que mi garganta se congestione. No me gustó nada... quizá porque soy muy de olores. Ahora me acabo de cenar dos sandwiches de jamon y queso y un biofrutas, pensando que ya quiero mi casita para vivir a mi rollo y hacer lo que me de la gana... Prometí un famoso cada semana y de momento nada... ayer creo que ví a la Veneno, pero quizá era una señora o señor con pelo largo teñido a mechas un poco hinchada. La verdad sería fuerte que, después de verla dos veces en anteriores ocasiones, lo primero que vea sea a ella o él... Quien sabe quien será el siguiente.


A partir de ahora, más y mejor. Madrid da para mucho y, siempre que un día no me derrita, me convierta en un liquido o bien el aire del metro no sea más fresquito, esto va a dar para mucho.


Gracias a todos, por cierto, los que me habeis llamado, mandado emails, mensajes, whatsapps o demás en estos días... que así uno no se siente tan sólo en una ciudad tan grande. Muchas muchas gracias.