martes, 18 de diciembre de 2012

Sandoval y Pedriño

A ver, que sí, que me tocaba hablar del sábado de Dublín, pero estas noticias me conmocionan. A las 9 de la noche, la Ratita Tronista me envió un whatsapp (dícese de esa aplicación muy útil pero que últimamente se cae más que el Rey), contando una noticia de esas que te deja medio tonto, parado, incrédulo frente a tal desastre amoroso. 

¡¡¡¿¿¿SANDOVAL Y PEDRIÑO ESTAN JUNTOS???!!!

Sálvame, quién sino, o más bien, El Pajaro de la Tele, ha sacado unas imágenes de una fiesta en la que Víctor Sandoval, tipo Arantxa en Gandía Shore, el Feroz en Gran Hermano o uno de mi pueblo de para abajo todos los sábados (incluso viernes, domingos y fiestas de guardar), atacaba sin cesar a Pedriño, la estrella del último Quien Quiere Casarse con Mi Hijo. 

Pedriño estaba allí de DJ, el otro pasaba por ahí, una cámara enfocaba y allí fue el cuarentón a ver si caía el hombre que habla mirándose las uñas, como si el fin del mundo realmente fuera este viernes. ¿Finalmente cayó? Lo que pasó es que bebieron y por lo visto se lo pasaron bien, pero... ¿nada más? Yo creo que no, Pedriño tiene clase, de hecho eligió a su madre en el programa y no a ninguno de los que metieron para él, mariconas malas todo ello (siempre pensé que unicamente quien dice "maricona mala" son las verdaderas mariconas malas... yo lo he escrito, conste).

Ayy, Pedriño, qué grande eres, cuánto te atacan y cómo resistes. Si esto te da para un Deluxe pues aprovechalo que bien vale una paga extra de Navidad aguantar a mi tocayo toda una noche, porque si en el programa es así, no me quiero imaginar en una noche después de tomarse un whisky cola.

Ah, dejo aquí el vídeo, por si a alguien le interesa. Y lo de Dublín va en nada ehh, que hay que darle broche de oro al viaje.

domingo, 16 de diciembre de 2012

DUBLIN - viernes

Nos despertamos la Gata Encerrada y yo (debo cambiar el nombre a ella, porque claro, ya parece un poco Gandía Shore y no es plan), nos equipamos y para fuera. Por cierto, desayunamos en la habitación porque había allí un hervidor de agua y sobres de Nescafé gratis. A mí que me gustó vamos.

Salimos, gastamos los 30 euros el día antes para coger el autobús de tres días, así que nos montamos en el turístico y nos fuimos a la Catedral de San Patricio. Una catedral muy catedral con sus estatuas, sus muertos, sus bustos,... como cualquier catedral. Nos salimos, montamos en otro autobús y nos fuimos a la Cárcel de Kilmainham. La verdad es que impone la cárcel, ahí con sus celdas, con sus dibujos carcelarios, con su patio de la cárcel. El señor que nos lo explicaba tenía muy mala pinta, con su barba blanca de señor carcelario pero a la vez comprensivo con la causa. En el patio se puso delante de una pared y dijo algo así, en dublinés conste "Aquí los fusilaron"... La verdad no es muy agradable saber que hace casi 100 años ahí comenzaron los alzamientos y se fusilaron a hombres como sino hubiera mañana. Bueno, después de ese momento, otra vez el bus y ya vimos Dublín. ¿La fábrica de Guinness? Yo cuando era pequeño fui a la fábrica de la Central Lechera, supongo que sería lo mismo pero cambiando vacas por cebada. 

Como el día antes habíamos cenado en el McDonalds, el viernes lo mejor era comer en el Burger King. Allí las hamburguesas saben peor que en España y compré unas cositas rellenas de jalapeños, tipo croquetas que estaban más que buenos... pero muy muy muy buenos. A ver si llegan a España. Después la tarde de compras, visitando la calle O Conell Street y Grafton Street (había un grupo de 5 chicos de unos doce años sin todavía pelos en los huevos cantando como los ángeles, con sus guitarras y todo, el grupo perfecto para el "Tú si que vales" o "You if that worth" de allí), y después al Temple Bar a disfrutar de una pinta de Guinness (más de 5 euros por medio litro de cerveza rica) y escuchando música en directo, como es común allí, tan común como aquí las tapas. Nos fuimos a un Spar a comprar la cena (un Spar, antes llamado Summer en el barrio dónde vivia en Asturias), nos fuimos al hotel, vimos un X Factor (lo único normal en los cinco canales que había en la tele, y uno de ellos era la pública con una hora menos) y de nuevo a dormir. Conocido Dublín por dentro, ahora quedaba verlo por fuera... Mañana más, que nos vamos en furgoneta con españoles de excursión... pero eso mañana, o pasado, o ya veremos.

jueves, 13 de diciembre de 2012

5 Cosas que odio

Ya, que tengo que escribir el viernes, sábado y domingo de Dublín pero esta entrada la escribí hace tiempo, pero no sé por qué no se publicó automáticamente, asi que aquí y ahora, dejo las 5 cosas que más odio, y no, no está la guerra, una central nuclear o que se considere deporte a los toros. Ahí va.

Y empezando por Noviembre. Ya lo he comentado en el anterior post, odio noviembre y por eso no me apetece escribir. Por eso, porque me estoy haciendo jornadas de 12 horas a 12 horas y medias en el trabajo, porque veo a Gasol hasta en la frutería, por compañias que estresan, por la bajada de las temperaturas, por haber pagado 135 euros en un gimnasio y haber ido cuatro veces en total, por dolores gripales y de cabeza,etc. Son muchas las cosas por las que tengo abandonado esto. Ahora espero que con la Navidad ya todo se pase y vuelva en breve. La Navidad, esa época del año que empieza después de Halloween porque por Madrid ya está todo decorado de cositas navideñas, algo que nunca me ha alegrado... pero a ver si este año me pone más alegre.

Mañana me cojo vacaciones. Antes me voy a ver el concierto de Mika, ese artista feliz y diferente, después el cumpleaños de la Gata Encerrada y el domingo a mi casita a ver a mi equipo ganar por goleada y a pasarme dos semanitas rascándomela. Como dudo que escriba en ese tiempo, he decidido hacerlo hoy, a pesar de la oposición de mi cabeza y de mi sueño (ayer vi La Voz y claro, los programas de Telecinco con éxito ya se sabe, hasta rozar las 2 de la mañana).

Así que, una lista pequeña de cinco cosas que odio, que hay que cambiar en España para que el mundo vaya a mejor, porque sino nos hundimos en la crisis y no salimos de ella nunca. España se diferencia por muchas cosas de otros países, muchas de esas diferencias malas. Mejoremos estas cinco cosas y seguro que la prima de riesgo baja, el Ibex sube y nos toca los Euromillones.

1-. Si queremos que nuestro país salga de la crisis, lo primero que tenemos que hacer es, en las playas, no bañarnos con gafas de sol. Son esas modas estúpidas que nadie entiende. Esas chicas, divinas ellas, con su pelo lacio, sus labios pintados, su maquillaje al aire, su bikini de diferente color arriba y abajo, su caminar lento hacia las olas, su pensamiento "oh,sí,estoy en un anuncio de Pantene, mi pelo se mueve al son de la brisa y de las olas,es mi momento", y se meten en el agua... con gafas de sol, y allí se pasan el día, sin mojar ese pelo, con sus gafas en la cara, ¿dónde está la utilidad? ¿el sol en los ojos? ¿te crees una chica superdivina?... y ya no digo nada de esos tíos que llevan el bañador y por debajo los gallumbos esos de lycra, enseñando bien la marca del mismo. ¡¡¡Qué necesidad hay!!! Me irrita todo.

2-. Hay gente supermegaguay y luego están los que quieren aparentar. Si tú sudas es algo asqueroso, pero si tú vas a un gimnasio, se supone que sudar es normal, es más, sino sudas eres alguien ridículo. Entonces ¿qué inventaron los diseñadores de ropa deportiva? Pues nada más y nada menos que la ropa gris. Es muy sencillo, la gente se compra ropa gris, ese color de chandal o de camiseta que sino está mojado por los sobacos, el pecho, la forma de las tetas... no sirve para nada. Si llevas eso parece que ya has justificado tu deporte. Yo no tengo ninguna porque me parecen una guarrada. El sudor se disimula, no se presume de él. Así que, desde El Blog del Viti, erradicación total de las camisetas grises, y de los pantalones ya ni te digo, bueno no de todos los grises, sino de ese gris de camiseta de gimnasio, que es así con vetitas negras y blancas... asqueroso vamos.

3-. Existe en este mundo un grupo de personas a los que les encanta muchísimo un tema, se crecen cuando lo dicen, entra dentro de la comunidad gay sobre todo pero también hay gente que lo dice, señoras mayores que van a la compra. Este grupo al que odio es aquel que no para de decir "Hija" o "Hijo". Odio, no soporto, me destroza escuchar a alguien diciendome "Ay, hijo, como te pones", excepto que lo diga mi madre, o escuchar soltar algo así como "sí, hija, sí". ¿Revienta o no revienta? Pues aunque se diga que sí que revienta, todos hemos tenido esa época. La mía ya pasó, fueron unos días antes de ser mayor de edad, así que aplicando la ley del menor, no soy culpable.

4-. Son esas cosas que yo he visto en la tele, que no entiendo y que creo que tienen que molestar. A mí nunca me ha pasado, pero ojalá nunca me pasen. Fue la Salsa Tomatera, fan de este blog y a la cual presento hoy, la que me abrió los ojos sobre este tema. Odio a esa gente que cuando folla dice "sí papi sí". ¿Por qué? ¿Qué necesidad tienes de escuchar como alguien te llama "papi"? ¿Por qué te tiene que venir el recuerdo de tu padre a la cabeza o de cualquier persona mayor? ¿Por qué a una sudamericana le gusta acordarse de su padre mientras folla? Es que no lo entiendo. Frases como "Dame así papi", "follame duro papi" o la grotesca "por el culo, papi" (perdón, demasiado grosero para este blog tan fino y más para ser Navidad).

5-. Posiblemente sea lo más asqueroso de todo lo que he contado, lo que más odio, lo que más me revienta, lo que no me gusta sentir, lo que más grima me da. Las manillas de los baños. Todo se basa en que tú vas al baño, haces tu cosita en el baño de pie, te lavas las manos, te las secas con el secador o servilletita, y cuando vas a salir... ZAS, la manilla mojada, mojada porque alguien la ha tocado con su mano húmeda, húmeda de agua, húmeda de pis, húmeda de cualquier líquido que hayas podido echar ahí dentro... HUMEDA, asqueroso. Tienes ganas de volver sobre tus pasos, lavarte de nuevo las manos, secarlas en el secador o con la servilletita y volver a abrir la puerta pero ¿para qué? Siempre está mojada, asquerosamente mojada, húmeda como la palma de la mano del Perro Enjaulado. Ajjj, que noxo. Insoportable.

Por último, y otra cosa de las que odio, aunque no está entre estas cinco, es que no me gusta nada que me hablen en el baño mientras meo. Parecerá una tontería y las mujeres no lo entendereis pero, el otro día en el trabajo voy al baño, bajo bragueta, saco churra e intento mear. A mi lado se pone un compañero de trabajo, me dice hola, se baja la bragueta, se saca su churra y me suelta "ey tio, ¿vas a ir a la comida?". Se refería a la comida del trabajo, pero pensar en comida mientras tienes esa mano en tu falo, yo en el mío, la comida, la comida, la comida, ahhhhhhh, la comida. Le dije "Sí, allí estaré". Espero que ese día no haya pollo para comer.

martes, 11 de diciembre de 2012

DUBLÍN - Jueves

Después de unos días en mi casita, con eso de las vacaciones del puente de la Constitución, pues me fui con la Gata Encerrada a Irlanda, más concretamente Dublín, ahí en una isla del norte, con el frío y esas cosas.

Me desperté a las nueve y media porque mi asistenta Miriam, la cual he descubierto que es sumamente religiosa ya que le vi un papel que ponía "No al Halloween, no a las fiestas paganas, ya lo decía Mateo en el versículo no se qué de su Evangelio", pero después me fui para la cama otra vez, que para un día que tengo para dormir lo que me dé la gana... pues aprovecho.

Me despierto, voy a la compra, como sushi (qué vicio que le tengo), cojo la maleta (pequeña para ir con Ryanair), me subo al metro y coincido con la Gata Encerrada, mi compañera de viaje por quinta vez. Ya hemos estado en Roma, Venecia, Amsterdam, Lisboa y esta vez iba a ser la primera en la que cruzábamos mar... tampoco mucho mar.

Llegamos al aeropuerto, con mucho mucho tiempo de antelación y con los billetes en la mano (así no perdemos el avión, que viendo como somos la probabilidad es demasiado alta). Bien, la torpeza esta vez la trajo la Gata. Ella, tan previsora como siempre, trae un candado para poder cerrar la maleta. Esperando el avión. Mete el bolso dentro de la maleta con el resto de la ropa y aparejos varios (le dejaron pasar un bote de espuma rizadora, porque no se enteraron, que si llega a tener gas venenoso ahora mismo este blog estaría cerrado), el DNI y la tarjeta de embarque fuera y cierra la maleta con el candado. En el momento de que suena el "click" se escucha un sonido sordo que mezclaba la A con la O, un aire sonoro que salió de boca de la Gata, le miro y le digo "No, no puede ser", ella me dice "sí"... Había metido la llave del candado dentro del bolso que estaba en la maleta. La forma de abrirla era totalmente imposible, no había posibilidad de abrir el candado con nada. Probamos con un clip, haciendo fuerza, hicimos cálculos aritméticos y geométricos pero no sacamos nada en claro. Las tiendas en esa terminal estaban cerradas (dudo mucho que en las tiendas de aeropuerto vendan sopletes o serretas metálicas), también no tendría mucho sentido preguntarle a alguien que nos la abriera porque igual pensaba "ya ya, seguro que la pillásteis a un despistado ¡ladrones!". Así que resignada la Gata, nos metimos en el avión de Ryanair.

Como siempre en esta compañia se vuela bien, pero las rodillas llegaron hechas un desastre, estaba en la última fila, con la maleta debajo del asiento por falta de espacio en los compartimentos superiores (así los llaman), los de mi izquierda no pararon de hablar en todo el viaje contando durante dos horas gilipolleces varias, comprando benjamines de champán, invitando a una que estaba en la fila 6, levantandose para llevarle el benjamín... hasta los cojones acabé.

Aterrizamos, llovía como nunca, un viento tipo vendaval, agua, aire... y nosotros sin saber qué autobús teníamos que pillar. Buscando en un sitio, en otro, yo con el abrigo que me dejó mi hermano (un canguro de esos de Carhatt... muy buen servicio), la Gata con mi sombrero relleno de pelo falso tipo ruso. Después de media hora saliendo y entrando del aeropuerto, moviendonos de un sitio a otro, le pregunto a un autobusero dónde está el autobús 44, el señor me mira extrañado... Dos días después me enteré que el 44 salía de a saber dónde y llegaba a un pueblo muy a las afueras por lo tanto menos mal que seguí la intuición de la Gata y cogimos el 747 que nos llevaba a Dublín.

Nos bajamos, descubrimos que Dublín es una ciudad muy pequeña y aunque en el mapa parecía que nos quedaba una hora de caminata al hotel, se quedó en un cuarto de hora escaso. Por supuesto, como es ya tradición, se cenó en el primer McDonalds que apareció en la calle. Después nos fuimos al Lesson Inn Hotel, que está en una casa georgiana al lado de un nightclub. La chica que nos atendió en la recepción era sudamericana, de esas que habla mezclando inglés y español como "si ustedes salen más tarde de eleven o clock, tendrán que pagar un extra charge".

Arriba nos fuimos, duchita, descubrimiento de la tele de mierda que tiene Irlanda y a dormir que al día siguiente había que empezar a investigar... Así que, mañana más.