Venga va, que hoy lo cuento, ya no me puedo esperar más. Aparte que la memoria es muy blanda y pueden desaparecer algunos detalles importantes. Por cierto, si no has leído la primera parte aquí dejo el enlace;
http://elblogdelviti.blogspot.com.es/2014/10/yo-estuve-en-gran-hermano.html
Bueno, cierto es que estaba escribiendo en el autobús y en el Ipad, por lo que entre los mareos que me estaban entrando y que no estaba yo muy centrado pues mira, mejor lo dejé.
Pues después de sentarnos a todos estuvimos viendo como hacían pruebas de cámaras, de micro, de poner los vídeos que venían después, de los sonidos chorra que ponen de vez en cuando... y en eso, a las 21.55, cinco minutos antes de empezar el programa, entra ella. A lo grande, como si nada, con casi nada de maquillaje, vistiendo como le sale del bolo, hablando con alguna persona del público pero siempre desde lejos, hablando con el primer expulsado Paco (que parece que tiene un retraso permanente), recomendando a Lucía (que estaba por allí ya que era el día que entraba) que si estaba nerviosa, que si era muy guapa, que le respondiera a las preguntas con respuestas cortas, a Paco que si quería hablar que levantara la mano...
Fernando, el regidor, nos comentaba que podíamos usar el movil para whatsapp y para Twitter pero no para hacer fotos o vídeos ya que podríamos ser expulsados del plató. No podíamos hablar entre nosotros y que si queríamos beber los pocos centilitros de agua que nos habían dado, que fuera en el medio de un vídeo o de una publi. Fernando es un borde, pero el borde más borde que se puede encontrar. Que será su trabajo de regidor, no digo que no, pero es que...
Bueno la cosa, que empezó el programa y sí, veía que salía continuamente en la tele, sobre todo cuando mi movil en el bolsillo empezó a vibrar como sino hubiera un mañana (en la publi descubrí que tenía 104 whatsapps) por lo que supuse que alguien me estaba viendo. De ahí el estar serio, como un palo, porque estaba saliendo para España entera con un par... no sé, la sensación es muy rara. Estás como en el salón de tu casa, viendo el programa pero desde otra perspectiva, pensando que en cualquier momento puedes realizar una burrada, o gritar, o saltar, y salir en todos los sitios al próximo día. Es muy grande ver la entrevista, es muy grande ver como se va a la casa, y sobre todo, es enorme ver a la Milá hablando en directo con la casa, de pie, impertérrita, riéndose delante tuya... buff es demasiado de verdad.
Me ha servido de lección enorme ir al programa. Descubres el programa por dentro, ves como la Milá hace caso al teleprompter leyéndolo pero lo hace como le da la gana a ella y, sobre todo, porque al final del programa, cuando llevas ya tres horas de programa, ves cámaras pero no te imaginas que detrás hay un porrón de gente mirando. Ya pasas de todo y empiezas a actuar como tú eres sin ningún problema, por eso entiendo bastante a los de la casa, haciendo lo que les peta y viendo las cámaras como quien ve un microondas.
Al final acaba, nos mandan como ovejas fuera de los estudios rápidamente y a las 2 nos metimos en un taxi para casa. Que ahora que leo lo que he puesto ha sido poco. Para mí ha sido un grandísimo placer y algo que nunca olvidaré (como cuando fui a la Warner), algo que siempre podré contar, saber las tripas de la tele, lo que vemos, todo... ese mundo es increíble, por lo menos por fuera,... y yo sigo trabajando donde estoy. ¿Se puede conseguir entrar ahí y construir un sueño? Yo creo que eso nunca lo sabré, y quizá mejor no saberlo.
http://elblogdelviti.blogspot.com.es/2014/10/yo-estuve-en-gran-hermano.html
Bueno, cierto es que estaba escribiendo en el autobús y en el Ipad, por lo que entre los mareos que me estaban entrando y que no estaba yo muy centrado pues mira, mejor lo dejé.
Pues después de sentarnos a todos estuvimos viendo como hacían pruebas de cámaras, de micro, de poner los vídeos que venían después, de los sonidos chorra que ponen de vez en cuando... y en eso, a las 21.55, cinco minutos antes de empezar el programa, entra ella. A lo grande, como si nada, con casi nada de maquillaje, vistiendo como le sale del bolo, hablando con alguna persona del público pero siempre desde lejos, hablando con el primer expulsado Paco (que parece que tiene un retraso permanente), recomendando a Lucía (que estaba por allí ya que era el día que entraba) que si estaba nerviosa, que si era muy guapa, que le respondiera a las preguntas con respuestas cortas, a Paco que si quería hablar que levantara la mano...
Fernando, el regidor, nos comentaba que podíamos usar el movil para whatsapp y para Twitter pero no para hacer fotos o vídeos ya que podríamos ser expulsados del plató. No podíamos hablar entre nosotros y que si queríamos beber los pocos centilitros de agua que nos habían dado, que fuera en el medio de un vídeo o de una publi. Fernando es un borde, pero el borde más borde que se puede encontrar. Que será su trabajo de regidor, no digo que no, pero es que...
Bueno la cosa, que empezó el programa y sí, veía que salía continuamente en la tele, sobre todo cuando mi movil en el bolsillo empezó a vibrar como sino hubiera un mañana (en la publi descubrí que tenía 104 whatsapps) por lo que supuse que alguien me estaba viendo. De ahí el estar serio, como un palo, porque estaba saliendo para España entera con un par... no sé, la sensación es muy rara. Estás como en el salón de tu casa, viendo el programa pero desde otra perspectiva, pensando que en cualquier momento puedes realizar una burrada, o gritar, o saltar, y salir en todos los sitios al próximo día. Es muy grande ver la entrevista, es muy grande ver como se va a la casa, y sobre todo, es enorme ver a la Milá hablando en directo con la casa, de pie, impertérrita, riéndose delante tuya... buff es demasiado de verdad.
Me ha servido de lección enorme ir al programa. Descubres el programa por dentro, ves como la Milá hace caso al teleprompter leyéndolo pero lo hace como le da la gana a ella y, sobre todo, porque al final del programa, cuando llevas ya tres horas de programa, ves cámaras pero no te imaginas que detrás hay un porrón de gente mirando. Ya pasas de todo y empiezas a actuar como tú eres sin ningún problema, por eso entiendo bastante a los de la casa, haciendo lo que les peta y viendo las cámaras como quien ve un microondas.
Al final acaba, nos mandan como ovejas fuera de los estudios rápidamente y a las 2 nos metimos en un taxi para casa. Que ahora que leo lo que he puesto ha sido poco. Para mí ha sido un grandísimo placer y algo que nunca olvidaré (como cuando fui a la Warner), algo que siempre podré contar, saber las tripas de la tele, lo que vemos, todo... ese mundo es increíble, por lo menos por fuera,... y yo sigo trabajando donde estoy. ¿Se puede conseguir entrar ahí y construir un sueño? Yo creo que eso nunca lo sabré, y quizá mejor no saberlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario