lunes, 20 de octubre de 2014

33

Ahora como lo tengo todo tan sumamente ordenadito, pues claro, no puedo escribir cuando me corresponde. Mi cumpleaños fue la semana pasada y sí, cumplí treinta tres años. Es complicado lo que significa esa edad, o en lo que se puede traducir en un futuro.

Resulta que estamos en esta época de los 30 en la que parece que te tienes que apurar para formar una familia, tener hijos, dejar de salir por la noche, quedar con los amigos sólo para "tomar unas cañas" o con las amigas para "tomar un café", empezar a comprarte ropa de señores mayores (docker, jerseys de pico, camisas serias), dejar de ser tú para convertirte en una persona destinada a la seriedad,... y todo eso a mí me parece muy cansino, muy aburrido, un coñazo vamos.

Mientras, Viti hace lo que me peta, en esta personalidad que mezcla ser maduro y ser infantil, que camina por la vida con sentidiño, que intenta ayudar y hacer feliz al mundo, que desprecia a quienes desprecian y que intenta que en el futuro, cuando llegue su muerte, la gente no se olvide de él en tiempo. ¿Para algo estamos en este mundo no? Se supone que para poder convertirte en inmortal, aunque sea por unos días, cuando te llegue la muerte.

Sobre todo y ante todo, gracias a todos los que conozco por haberme conocido y por haber conocido lo bueno y lo excelente de las calidades humanas que hay en este mundo, conocer el cómo actuamos a través de las personas, ver la psicología humana e intentar entender a los seres vivos. 

Yo trabajo en mi cabeza con una escala de valores que van del 0 al 10 siendo: 
0 el odio, 
1 la rabia, 
2 el que ha hecho algo malo a alguien superior al 8, 
3 el que ha hecho algo malo a mí, 
4 el conocido que te cae mal, 
5 la indiferencia, 
6 el conocido que te cae bien, 
7 el coleguita, 
8 el amigo, 
9 el más que un amigo y 
10 la persona a la que admiras. 

Ah, y por último, Treinta y Tres es con la edad con la que, supuestamente y según las escrituras de los cuatro evangelistas (y luego dicen que no sirve de nada estudiar religión), murió Jesucristo. A mí me preocupa porque, como él, soy buena persona y tengo barba por lo que tengo probabilidades que, en Semana Santa, me den una cruz y la lleve a un monte mientras todos me escupen e insultan. Por otro lado, me diferencia que no soy delgadito (casi en la inanición) y no tengo el pelo largo. En el caso de que me pase esto, ya sabéis, podéis seguir el minuto a minuto en El Blog del Viti.


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