jueves, 13 de diciembre de 2012

5 Cosas que odio

Ya, que tengo que escribir el viernes, sábado y domingo de Dublín pero esta entrada la escribí hace tiempo, pero no sé por qué no se publicó automáticamente, asi que aquí y ahora, dejo las 5 cosas que más odio, y no, no está la guerra, una central nuclear o que se considere deporte a los toros. Ahí va.

Y empezando por Noviembre. Ya lo he comentado en el anterior post, odio noviembre y por eso no me apetece escribir. Por eso, porque me estoy haciendo jornadas de 12 horas a 12 horas y medias en el trabajo, porque veo a Gasol hasta en la frutería, por compañias que estresan, por la bajada de las temperaturas, por haber pagado 135 euros en un gimnasio y haber ido cuatro veces en total, por dolores gripales y de cabeza,etc. Son muchas las cosas por las que tengo abandonado esto. Ahora espero que con la Navidad ya todo se pase y vuelva en breve. La Navidad, esa época del año que empieza después de Halloween porque por Madrid ya está todo decorado de cositas navideñas, algo que nunca me ha alegrado... pero a ver si este año me pone más alegre.

Mañana me cojo vacaciones. Antes me voy a ver el concierto de Mika, ese artista feliz y diferente, después el cumpleaños de la Gata Encerrada y el domingo a mi casita a ver a mi equipo ganar por goleada y a pasarme dos semanitas rascándomela. Como dudo que escriba en ese tiempo, he decidido hacerlo hoy, a pesar de la oposición de mi cabeza y de mi sueño (ayer vi La Voz y claro, los programas de Telecinco con éxito ya se sabe, hasta rozar las 2 de la mañana).

Así que, una lista pequeña de cinco cosas que odio, que hay que cambiar en España para que el mundo vaya a mejor, porque sino nos hundimos en la crisis y no salimos de ella nunca. España se diferencia por muchas cosas de otros países, muchas de esas diferencias malas. Mejoremos estas cinco cosas y seguro que la prima de riesgo baja, el Ibex sube y nos toca los Euromillones.

1-. Si queremos que nuestro país salga de la crisis, lo primero que tenemos que hacer es, en las playas, no bañarnos con gafas de sol. Son esas modas estúpidas que nadie entiende. Esas chicas, divinas ellas, con su pelo lacio, sus labios pintados, su maquillaje al aire, su bikini de diferente color arriba y abajo, su caminar lento hacia las olas, su pensamiento "oh,sí,estoy en un anuncio de Pantene, mi pelo se mueve al son de la brisa y de las olas,es mi momento", y se meten en el agua... con gafas de sol, y allí se pasan el día, sin mojar ese pelo, con sus gafas en la cara, ¿dónde está la utilidad? ¿el sol en los ojos? ¿te crees una chica superdivina?... y ya no digo nada de esos tíos que llevan el bañador y por debajo los gallumbos esos de lycra, enseñando bien la marca del mismo. ¡¡¡Qué necesidad hay!!! Me irrita todo.

2-. Hay gente supermegaguay y luego están los que quieren aparentar. Si tú sudas es algo asqueroso, pero si tú vas a un gimnasio, se supone que sudar es normal, es más, sino sudas eres alguien ridículo. Entonces ¿qué inventaron los diseñadores de ropa deportiva? Pues nada más y nada menos que la ropa gris. Es muy sencillo, la gente se compra ropa gris, ese color de chandal o de camiseta que sino está mojado por los sobacos, el pecho, la forma de las tetas... no sirve para nada. Si llevas eso parece que ya has justificado tu deporte. Yo no tengo ninguna porque me parecen una guarrada. El sudor se disimula, no se presume de él. Así que, desde El Blog del Viti, erradicación total de las camisetas grises, y de los pantalones ya ni te digo, bueno no de todos los grises, sino de ese gris de camiseta de gimnasio, que es así con vetitas negras y blancas... asqueroso vamos.

3-. Existe en este mundo un grupo de personas a los que les encanta muchísimo un tema, se crecen cuando lo dicen, entra dentro de la comunidad gay sobre todo pero también hay gente que lo dice, señoras mayores que van a la compra. Este grupo al que odio es aquel que no para de decir "Hija" o "Hijo". Odio, no soporto, me destroza escuchar a alguien diciendome "Ay, hijo, como te pones", excepto que lo diga mi madre, o escuchar soltar algo así como "sí, hija, sí". ¿Revienta o no revienta? Pues aunque se diga que sí que revienta, todos hemos tenido esa época. La mía ya pasó, fueron unos días antes de ser mayor de edad, así que aplicando la ley del menor, no soy culpable.

4-. Son esas cosas que yo he visto en la tele, que no entiendo y que creo que tienen que molestar. A mí nunca me ha pasado, pero ojalá nunca me pasen. Fue la Salsa Tomatera, fan de este blog y a la cual presento hoy, la que me abrió los ojos sobre este tema. Odio a esa gente que cuando folla dice "sí papi sí". ¿Por qué? ¿Qué necesidad tienes de escuchar como alguien te llama "papi"? ¿Por qué te tiene que venir el recuerdo de tu padre a la cabeza o de cualquier persona mayor? ¿Por qué a una sudamericana le gusta acordarse de su padre mientras folla? Es que no lo entiendo. Frases como "Dame así papi", "follame duro papi" o la grotesca "por el culo, papi" (perdón, demasiado grosero para este blog tan fino y más para ser Navidad).

5-. Posiblemente sea lo más asqueroso de todo lo que he contado, lo que más odio, lo que más me revienta, lo que no me gusta sentir, lo que más grima me da. Las manillas de los baños. Todo se basa en que tú vas al baño, haces tu cosita en el baño de pie, te lavas las manos, te las secas con el secador o servilletita, y cuando vas a salir... ZAS, la manilla mojada, mojada porque alguien la ha tocado con su mano húmeda, húmeda de agua, húmeda de pis, húmeda de cualquier líquido que hayas podido echar ahí dentro... HUMEDA, asqueroso. Tienes ganas de volver sobre tus pasos, lavarte de nuevo las manos, secarlas en el secador o con la servilletita y volver a abrir la puerta pero ¿para qué? Siempre está mojada, asquerosamente mojada, húmeda como la palma de la mano del Perro Enjaulado. Ajjj, que noxo. Insoportable.

Por último, y otra cosa de las que odio, aunque no está entre estas cinco, es que no me gusta nada que me hablen en el baño mientras meo. Parecerá una tontería y las mujeres no lo entendereis pero, el otro día en el trabajo voy al baño, bajo bragueta, saco churra e intento mear. A mi lado se pone un compañero de trabajo, me dice hola, se baja la bragueta, se saca su churra y me suelta "ey tio, ¿vas a ir a la comida?". Se refería a la comida del trabajo, pero pensar en comida mientras tienes esa mano en tu falo, yo en el mío, la comida, la comida, la comida, ahhhhhhh, la comida. Le dije "Sí, allí estaré". Espero que ese día no haya pollo para comer.

1 comentario:

Oliver dijo...

Tienes totalmente razón en lo que comento.
Por cierto un blog muy interesante.
Saludos
Oliver