martes, 13 de marzo de 2012

Cinco cosas en las que he pensado

Sí, de vez en cuando me da por pensar... o bien cuando nado, o bien cuando estoy solo en casa, o bien cuando me ducho... bueno, esos momentos en los que piensas. Intento pensar en cosas buenas, bonitas, fantasías que igual en algún momento pueden llegar a hacerse realidad para que todo sea mejor tanto para mí como para los allegados... ojalá muchas de ellas se cumplieran. Pero hay algunas veces que me da simplemente la gana de entender la cosas, pensarlas y tratar de entenderlas pero no lo consigo. Cinco cosas en las que he pensado se llama hoy el post y son las siguientes:


1) Me asusta pensar cómo es Japón. Ya, ya lo sé, podría pensar en otro país, pero me dio por pensar en Japón. Creo que es lo más extraterrestre que hay, es mas, los extraterrestres de Expediente X tenían los ojos achinados o más bien ajaponados. Pues Japón es raro. Es verdad que todo lo que he visto de Japón son esas películas acojonantes de miedo, donde la protagonista suele ser una niña japonesa de unos seis años con el pelo muy muy largo y negro que se le ve de vez en cuando y me los pone de corbata sólo con verla.  También los espíritus de los niños son como los niños pero maquillados de blanco y con sombra de ojos negra (vease Toshio). De vez en cuando les invaden monstruos grandes mandados desde el espacio pero, después de matar unos bichos pequeños llamados masillas, cinco personas desconocidas nos salvarán al juntar sus poderes, después de una coreografía que ya la quisiera Madonna para su videoclip, y formarán un bicho enorme de cinco colores (azul, rosa, amarillo, negro y rojo, que es la cabeza y el líder que después deja de ser power ranger para convertirse en actor porno gay) que salvará a la ciudad. Por otro lado, en los supermercados, en la zona de verduras, tendrás que ir saltando para poder coger unos ricos champiñones que te harán más y más grande. Allí ni petit suisse ni ostias, champiñones y punto.


2) Otra cosa que he pensado mientras nadaba hoy es por qué ponen tipos de calles por donde nadar. A ver, si hay una "Calle Rápida" y hay una "Calle Libre" ¿por qué en la rápida tiene que estar un señor de unos sesenta años y gordo, muy gordo, tan gordo como uno de los malos de Blade, como el señor que murió en Seven comiendo los spaguetis por la gula, como Jabba el Hutt en La guerra de las Galaxias, más grande que un disfraz de fantasma de Lendoiro o que una foca monje embarazada de ocho meses? Pues ahí estaba el señor taponando, no dejando nadar, encima ni croll ni ostias, él se tiró a nadar a una mezcla de braza y perrito... tapaba todo, no me dejaba ejercer mi natación y en la otra calle había dos nadando a toda ostia. Me agobíe después de pensar en todo esto y me fui.


3)En la piscina también pensé en algo que siempre he pensado y nunca he tenido respuesta. En uno de esos descansos, entraron dos hombres en la piscina con bañadores como de licra, una cosa rara, totalmente apretados, de esos que si te fijas un poco puedes distinguir dónde se encuentra el glande. Uno tenía el bañador negro y otro rojo, rojo rojo, vamos rojo como el lazo de Hello Kitty o como los labios de cualquier pretendienta que va a buscar algo más que una cita. Pues ellos se metieron en la sauna. Ahí pensé algo que pienso yo los sábados por la noche. Me ocurre que quizá me apetece ir a mear a la parte del baño cerrada, pero siempre está cerrada con cerrojo por dentro. A veces esa puerta se abre y de allí salen dos o tres tíos riéndose... y yo me pregunto ¿qué han hecho? ¿Se han metido rayas o se la han meneado unos a otros realizando incluso algún tipo de felación? o, es más ¿se habrán empalmado y después poner la coca encima de todo el tronco de lo que es el pene en sí para esnifar por cualquier orificio de los que tenemos en nuestra cara o cuerpo? Lo digo porque a mi me han ofrecido las dos cosas, pero eso otro día... cuando hable de los chinos... El Ruta de Santiago es muy muy chungo.


4) Viendo ¿Quien quiere casarse con mi hijo? pensé "qué bien estoy en casa". La verdad es que debe ser una pasada que tengas a diez mocinas para tí solo y después ir eligiendo... pero claro, van a lo que van. El Rubén me sobra, es más, seguro que la madre (esa señora que compra los botones de su camisa en una ferretería y luego los suelda... imposible que esa camisa aguante tanto pechamen) se lo quiere follar. El señor mayor quiere mambo, vamos, una que le de cosilla en la cama, que le alegre el prepucio... El stripper se come todo lo que ve, todo lo que ve con tetas. Yo a veces tengo miedo, no tengo muchas, pero tengo miedo que entre en mi casa y me intente follar y claro, no le puedo decir que no, nunca nadie le ha dicho que no, excepto la chica esta rubia que está ahí que le está diciendo que no para que cuando le diga que sí pase de ella y se convierta en otra más. El gay que se joda. Haber dejado marchar a Mohamed, ese hombre con el cuerpo con más músculos que vacas tiene una granja de McDonalds, se lo recompensa Dios (o una Diosa gay, algo así como una Lady Gaga del cielo) con que los dos con los que se queda se lían entre ellos... lo dicho, que se joda. Y por último el friki que será siempre un friki, que besa poniendo los labios en forma de O y para fuera, como intentaba hacer Steve Urkel, que con diez no dio hecho y ahora se queda con mi favorita para él, la normal, la que le quiere o lo intenta por lo menos... a ver en qué acaba. Me gustaría ver algo así como un "seis meses después". Por cierto, programa creador de frases como "a ti no te toco ni por wifi" o "you are my favourite girl" que le soltó, como no, el friki a la chica a la que eligió. 


5) Y por último, he pensado en mi destino, el destino que me va a ofrecer la empresa dónde trabajo. No dejo de pensar en él y quiero que sea ya para poder hacer una nueva vida o seguir con la que tengo, pero esto es, como dice el escudero de Aguila Roja, un sinvivir. Sea lo que sea, seguiré pensando y por supuesto, seguiré escribiendo.

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