miércoles, 18 de julio de 2012

Ya tengo piso

He visto siete pisos... uno olía mal y la señora también, otro estaba lejos, en el otro me perdí, uno me gustaba pero olía algo a cañería, otro había que pagarle a la inmobiliaria mil euros por enseñarme el piso (algo que no entiendo, es decir, tú buscas en Fotocasa o El Idealista y hay algunos que son particulares y otros que son por agencias, es decir, el dueño de la casa o piso se lo da a una agencia para que, si lo vende, el particular que lo va a alquilar tenga que pagar un mes de fianza, un aval de 6 meses, el primer mes nada más entrar y, aparte de todo, 1.000 eurazos al tío que te ha abierto la casa... sólo por abrirte la casa. De verdad que hay cosas que no se entienden, pero allá ellos.


Al final un piso en la Calle Hermosilla, en paralela con Calle Goya, en pleno Barrio de Salamanca, el barrio pijo por excelencia, cerca de dónde vive Sara Montiel, a 10 minutos caminando el trabajo (10 minutos para mí, para uno normal en 5 bien se pone), con dos habitaciones (una con cama matrimonial y otra con cama de 90), una cocina casi nueva, recién reformada, un baño pequeño pero suficiente, armarios enormes para meter allí de todo y, sobre todo, algo que me va a llevar al olimpo, algo que nunca he tenido y que me pone incluso respeto el tenerlo, algo muy de marquesado... Tengo un portero sudamericano. Ay, no sé, estoy por darle una caja de Ferrero Rocher y que todos los días para recibirme me diga "Señor Viti, ¿desea usted un bombón después de una jornada tan dura de trabajo?" ayyy, qué placer.


Pues lo dicho, estoy cada día un poco más contento. En el trabajo hoy me llamaron jefe y claro, yo nunca había sido jefe. Yo siempre había llamado a mi superior jefe pero ¿cómo se llama a los que están por debajo de tí? ¿súbditos? Ay no sé que aquí me respetan y a mí tampoco me gusta eso mucho porque eso es serio y no divertido, así que espero mandar de forma divertida... creo que se puede... mirad a Lula da Silva que cachondo.


Lo dicho tengo casa y estoy contento así que ahora, todos los que leen esto están totalmente invitados a venir. Eso sí, bajo tres condiciones:


1) Avisar con mínimo tres días de antelación... nada de sorpresas o de molestar a mi portero peruano sin avisar...


2) Se trae un regalo como mínimo por cada persona que venga. Me da igual el precio, lo que me importa es el valor del mismo. Puede ser algo que no llegue al euro pero que signifique mucho más que algo que cueste 65 euros. Aunque se admiten también regalos caros, gracias.


3) y último. No se admite ningún tipo de aire en mi casa, me refiero a aire corporal, ni que salga por arriba ni por abajo ni por medio (que algunos hacen cosas raras con el ombligo).


Así que, ya sabeis, Madrid, la capital, un abanico de oportunidades y con una casa para disfrutar y dormir... pobre Chelo y su hostal, hundirla con la crisis que estamos pasando. Pues que se joda, que todavía me acuerdo de esa toalla Adidas que dio para secarse después de la ducha, y más que una toalla era un rascador porque la tela se había convertido en cerdas de cepillo y hacía mucho daño. Episodio aparte, y esto en otro artículo, cuando me pasé la primera D de Adidas por mi pobre pene para secarmelo... mi glande me dejó de hablar durante dos días.

No hay comentarios: