lunes, 16 de julio de 2012

Dia 1, 2 y 3 en Madrid

España y parte del mundo latino preguntando ¿qué le pasa al Viti? ¿estará bien? No entiendo nada... Pues sí, esto no es un mensaje post mortem como lo que hace Canal Plus con los señores mayores porque estoy aquí en Madrid. Mi nuevo destino vamos, el trabajo en el que trabajo es así. Se puede considerar un ascenso porque me pagan más, sitio con más responsabilidad y voy a ver muchisimas cosas que nunca vería en otro lugar... Hoy ya he vivido mi primer día y estoy rodeado de gente sumamente agradable y maja, en un trabajo con enorme posibilidades y responsabilidades... Hoy también he visto dos pisos pero eso ya lo contaré.


El sábado el Frijol Enfadado y el Hombre que vive en mi apellido me trasladaron al aeropuerto de Coruña para viajar a Madrid. Fuimos con tiempo por si acaso que Murphy es muy cabrón y aplica sus leyes cuando menos te lo esperas, y no era plan ese día. Me despedí de mis dos hombres, ya en casa había sido de mi abuelo (que quedaba rezando sin saber él que no depende de nadie más que del piloto que yo llegue bien) y mi madre que la pobre se queda entre llorando porque me voy y riendo porque sabe que me voy bien... además presume de hijo que eso es muy importante para una madre.


El viaje del avión me llegó a decidir una cosa: me niego a subir en el Saltamontes este año porque ya tuve una ración importante. El principio del vuelo perfecto, cielo con pocas nubes, tranquilo todo, pero al llegar a Madrid ese avión se comienza a mover, empiezo a saltar, empiezo a mirar a ver si por casualidad cae la mascarilla, empiezo a entender para qué sirven los cinturones del avión, y entre los ruidos de los saltitos y demás se escucha un algo así como "glop glop". Miro hacia delante y un señor de unos sesenta años (o cincuenta mal llevados) tenia en sus manos una bolsa de vomitar y se secaba el sudor de su cabeza con pañuelos de señor mayor junto con pañuelos de papel que le cedía su pareja. Me alegro simplemente que su vómito no oliera porque sino el vómito iba a ser mío. Eso sí, cuando me bajé, algún tufillo había por esa zona.


Bajé del avión, me voy a la zona de las maletas y veo como la mía cae por la cinta como quien tira bonitos o sardinas en la rula. Ruego que todo esté bien y parece que el sonido de los rezos de mi abuelo llegan a los oidos de alguien y la maleta está bien. Faustino me lleva en su taxi al hotel, me cobra 29,40 (le dejo 30 porque soy un sobrao), me dan la habitación 516 y entro.


Hotel cuatro estrellas, bonito, con piscina (mi bañador de la piscina quedó en mi pueblo, ahí está bien) y comienzo a buscar pisos. Ese mismo día el sábado, me voy a ver uno y me gusta. La señora no calla y su hija era fisicamente increible y me enseña el piso. El problema es que tiene una hija que grita y lo peor de todo, un anillo en la mano derecha, exactamente en el anular. Después de eso, a la cama a dormir.


Domingo por la mañana voy a ver otro piso, más caro, más lejos y peor. Me lo enseña el jardinero del señor que me habla por telefono, un hombre pesado pesado, que vende maravillosamente su piso para la mierda que es. Mil euros por un miniduplex bonito pero para llegar a él hay que entrar por la puerta principal del edificio, diez escaleras para abajo, un rellano, diez para arriba, caminas 20 metros hacia otras escaleras, subes 10 llegas a la primera planta, subes unas 20 y llegas a la segunda y finalmente subes otras 20 y llegas a la tercera planta. Al final de un pasillo que me recuerda a "El Orfanato" a la derecha, Edmilson y su mujer me abren la puerta, veo el piso y después ellos se quedan dentro y yo me voy, bajo las 50 escaleras, subo 10, me equivoco, me entra un olor a cocido enorme, llego al 2B, me equivoco, doy vuelta, me agobio, a punto estoy de poner el GPS del movil para guiarme, miro el sol para localizar el norte, subo otras escaleras, giro a la izquierda y al fin veo unos buzones y una puerta a la libertad. No me gustó, pero nada nada.


Por la tarde situacíón desde mi hotel al trabajo, me tomo un batido de limón porque no había de mango, me voy a la Gran Via caminando a 20 minutos, voy a Fuencarral, me compro unos playeritos (negros y serios) y me vuelvo al hotel, eso sí después de pasar por el McDonalds (a comprar una ensalada) porque el día 1 en Madrid cené en Burguer King y el día 2 comí en Dominos Pizza... ya comeré sano otro día. A dormir.


El día 3 trabajo y más trabajo. Por la tarde veo un piso que se ha convertido en favorito y otro en el que la señora olía mal, el piso olía mal y el calor y el frío salia de un aire acondicionado que provoca que mi garganta se congestione. No me gustó nada... quizá porque soy muy de olores. Ahora me acabo de cenar dos sandwiches de jamon y queso y un biofrutas, pensando que ya quiero mi casita para vivir a mi rollo y hacer lo que me de la gana... Prometí un famoso cada semana y de momento nada... ayer creo que ví a la Veneno, pero quizá era una señora o señor con pelo largo teñido a mechas un poco hinchada. La verdad sería fuerte que, después de verla dos veces en anteriores ocasiones, lo primero que vea sea a ella o él... Quien sabe quien será el siguiente.


A partir de ahora, más y mejor. Madrid da para mucho y, siempre que un día no me derrita, me convierta en un liquido o bien el aire del metro no sea más fresquito, esto va a dar para mucho.


Gracias a todos, por cierto, los que me habeis llamado, mandado emails, mensajes, whatsapps o demás en estos días... que así uno no se siente tan sólo en una ciudad tan grande. Muchas muchas gracias.

No hay comentarios: